lunes, 7 de junio de 2010

Palomita Blanca


Enrique Lafourcade uno de los primeros novelistas chilenos de su generación, forma parte del grupo de grandes escritores de la nueva literatura hispanoamericana. Palomita Blanca que es su décima novela (publicada en 1971) a tenido gran éxito por el realismo, por los sentimientos que transmite, por la forma poco delicada de escribir, y por enfocar claramente los problemas que vivían los jóvenes de pocos recursos.
El libro, se sitúa en el contexto histórico de Chile, previo al triunfo electoral del presidente Salvador Allende (1970), y refleja las inquietudes, vivencias, ideales, necesidades y modas correspondientes a la juventud que pertenece a diferentes clases sociales

María es el personaje principal, una chica de 16 años que vive en un barrio pobre la cual sufre un amor separado por una barrera social muy amplia. Ella se enamora de Juan Carlos Eguirreizaga Montt, joven de familia acomodada quien demuestra no importarle la clase social media-baja a la que pertenece María. Tristezas y penuria recorren las páginas de esta novela, pero el triunfo amoroso es el fin primero de los personajes.

El libro refleja a una juventud que busca la libertad. Pero este valor es distinto para las clases sociales que en el se demuestran. De este modo, para los muchachos enriquecidos, la vía para alcanzarla es el de las drogas, el alcohol, las fiestas y la "rebelión" en contra de sus padres, y su contraste, la juventud empobrecida, consiste en salir de su miseria, el camino lo proporcionará el candidato a las elecciones que apoyan.

Chile se encuentra dividido tanto en el contexto del libro (los setenta) como en los ochenta. Esta fragmentación tiene dos vertientes principales la primera es lo político, en donde los personajes que poseemos como referentes son Salvador Allende y Augusto Pinochet, quienes representan conceptos diferentes, pero marcan a la juventud ochentera, pues Allende "sigue con la vida" durante este último período, debido a que se mantienen su ideales y se utiliza como referente de solidaridad y justicia. La segunda es lo social donde se encuentra el contraste entre la clase alta y la clase baja. Las diferencias entre ellas tienen como base los recursos económicos que poseían, lo que engloba un conjunto que es la música que escuchaban, la manera de vestir, la forma de hablar, los lugares que frecuentan, los colegios a los que asisten, etc. Pero tanto ricos como pobres buscan ser reconocidos, unos quieren que sus padres les tomen en cuenta, que trabajen menos y una mayor comunicación, otros quieren que sus voces sean escuchadas, que sus problemas terminen, desean ver a sus familias felices y una casa decente en donde vivir.

Con estos ideales se plasma el país con el triunfo de Salvador Allende, y con el golpe de estado de 1973, quedan suspendidos en el aire, como testigos de lo que fue la juventud predictadura. Estas convicciones son recogidas por la juventud ochentera, se vuelven ideales colectivos y rescatan el deseo de libertad enmarcando en el contexto ya no de necesidades materiales, sino que necesidades espirituales, la democracia: un país en donde se pueda vivir mejor.

Les recomendamos que realicen, así como nosotras, la lectura y el análisis de esta novela, aunque no pertenezca a la década de los ochenta, ya que nos aporta los elementos previos a la conformación de la identidad de los jóvenes pertenecientes a esta época. Esto nos ayuda a comprenderlos, de manera más eficaz, y a descubrir por qué los ochentas siguen vigentes hasta el día de hoy.

Javiera Morales Alarcón

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