martes, 22 de junio de 2010

Un Hombre, una Juventud



"Tony Manero" es una película dirigida por Pablo Larraín , estrenada en el año 2008. En ella se refleja la decadencia y violencia en la sociedad de nuestro país, producto del proceso histórico por el que cruza, la dictadura de Augusto Pinochet, transformándose, por lo tanto, en un elemento que aporta una visión de la década de los ochenta.

Raul Peralta, el personaje principal representado por el actor Alfredo Castro, es un hombre de 50 años que se encuentra obsesionado con el personaje que encarna John Travolta en la película "Fiebre de Sábado por la Noche", imitando su forma de bailar y vestir. Su deseo de ser famoso se refleja en la oportunidad que se le da para participar en un concurso de "doble" de su ídolo, Tony Manero.

Esta película se convierte en el claro reflejo de una juventud que vive en represión, en donde la pérdida de identidad y el miedo a demostrar lo que realmente somos determinan las forma de ser de aquellos jóvenes. Si bien el personaje principal no pertenece a la juventud, demuestra la inestabilidad emocional por la que ellos pasaban en donde la obsesión por tratar de imitar a otros se traduce como la pérdida de sentido de la vida misma.

El desarrollo de una persona, en este caso de los jóvenes, se encuentra determinado por hechos particulares y la década de los ochenta muestra una juventud bipolar, por un lado se encuentra aquella que está reprimida y por otro la que, a pesar de la represión, lucha encontra de ella, en esta clasificación se encuentran los "rebeldes". Estos últimos se encuentran claramente en el film, en donde quienes están en contra del régimen tiránico encuentran maneras de expresar su descontento. El rol que cumplen se sitúa en un ámbito de expresión humana, la música. En torno a ese tema giran los acontecimientos y se desarrolla plenamente una realidad de aquellos años.

Es recomendable ver esta película con una perspectiva que se aleje un poco de la trama principal para así desarrollar un concepto claro de la juventud ochentera que no se desvíe del camino juvenil, pero siempre tomando en cuenta el valor del personaje principal y al aporte a una clara comprensión de los conceptos como libertad y represión que en ese entonces significaban.


Nicol Torres
Javiera Morales

lunes, 21 de junio de 2010

Mirar atrás

Cuando escucho el sonido de la mar,
Recuerdo los momentos que tuve que pasar,
Sabiendo que los años no han de esperar,
Es aquella época que anhelo retomar.

Javiera Aguilera

Añoro

Cuando miro a mi alrededor,
Veo el cielo incierto y nublado.
Quizás es el recuerdo de una juventud
Que jamas dejare de lado.
Han pasado ya mas de treinta años
Y me inquieta saber que siempre seguiré recordando
Aquella época de los 80´s que siento me ha marcado.

Nicole Torres

En gustos no hay nada escrito...


Nathalie Cruz
Javiera Morales
Valerie Vaqueriza

Mi nostalgia por los 80´s

Parece ayer cuando íbamos con mis amigas a aquellas fiestas donde todos la pasábamos bien, solo nos preocupábamos de bailar las canciones de Soda Stereo o Los Prisioneros.O cuando nos juntábamos en las casas para intercambiar ropa, esos pantalones a la cintura, las blusas con hombreras, cinturones anchos o los pantalones hasta los tobillos. Yo era la única, en toda mi cuadra que sabia como hacerles el peinado a lo Madonna. Más de una vez escuchamos a escondidas esa música que estaba prohibida, Silvio, Víctor, Violeta... Tantos recuerdos me provocan nostalgia, es como si quisiera retroceder el tiempo y volver a esa época en donde mis padres cuidaban de mi y trataban de que no fuera a las manifestaciones que se realizaban en contra del gobierno, aunque por dentro sabía que solo querían ir conmigo y demostrar su malestar frente a lo que estaba ocurriendo en el país, esa época de censura, de modas, de buena música. Todo un mundo en la década de los 80´s.

Nicol Torres

Cambio de Vida

Miro mi vida en la actualidad,
Y sin pensar me doy cuenta, que
No es la misma hace 30 años atrás.
La gente, la juventud de ahora en particular,
No es la misma de antes, sin duda me quedo
Con la junventud de aquellos tiempos donde
Se luchaba por motivos importantes,
Ya que los de hoy en día
No saben valorar sus vidas.

Teresa Tamayo

Amor Pasado

Cae la noche y me acuerdo de ti
En aquellos momentos que tuvimos que vivir
Donde cada día me enamoraba mas de ti
Y tantas locuras que por ti cometí
En aquella época tan cruda que nos toco vivir
Pero sin duda te supe hacer feliz sin pensar en mi.

Javiera Aguilera
Teresa Tamayo

Moda

Una gran conmoción me invade.
Al ver ese antiguo barrio,
Escenario de esa ilusión,
Que provoca el primer amor.

Amor, emoción inmensurable, para mi en ese lugar
Traicionero te has vuelto a los viejos corazones,
Y en gran diversidad te dejaste disfrasar,
Pues ahora, la juventud, a su gusto te disfraza
Usurpando tu nombre, en la efímera acción que eres usado,
Y que han llamado moda.

Valerie Vaqueriza

domingo, 20 de junio de 2010

VERSUS


La juventud es la edad que media entre la niñes y la adultes. Es edad de transición y de cambios importantes, es la etapa en la cual desarrollamos nuestra identidad. Pero ¿podemos entonces determinar que somos todos los jóvenes iguales? Nosotras queremos descubrir qué tan diferentes somos de la juventud de los ochenta, y si es posible catalogarnos a todos como los mismo jóvenes. Los elementos que utilizaremos para dilucidar esta incógnita corresponden a aquellos componentes más característicos de los jóvenes de una época.

En Chile, la juventud ochentera se caracteriza por seguir una moda rescatada de los grupos musicales famosos y las tendencias presentes en los medios de comunicación de masas. En general, es esta década, la moda era generalizada y las variaciones de ella eran menores a las existentes hoy, por lo que las dos tendencias principales están divididas por las clases sociales reinantes, de este modo, la juventud acomodada se encuentra más ligada a lo latente en Estados Unidos, y la clase media, a la moda general de Latinoamérica. Es cierto que más de alguna vez hemos escuchado comentar a nuestros padres acerca de la moda de su juventud e incluso reír por la manera en que se vestían, y es cierto, hoy a nosotros e incluso a nuestros padres, logra causarnos algo de risa el extravagante estilo de los ochenta, en donde los pantalones amasados o los pantalones con agregados de género en los costados, la chaqueta de mezclilla arremangada a medio brazo y el infaltable peinado que en el caso de los hombres intentaba imitar algo así como el estilo de Gustavo Cerati y para las mujeres la típica chasquilla, que hoy podríamos utilizar para un disfraz, esa chasquilla “parada” en la que la laca juega un rol importante, esa moda tan extraña, la de los peinados a la “altura”- literalmente-, envuelve a aquella juventud que nos parece tan lejana. Puede parecernos raro el rol, que en esos tiempos, cumplía la mujer, ya que se dedicaba a cuidar a sus hijos y era el hombre quien daba el sustento a la familia, tal vez por eso es que la comunicación reinaba, en parte, en los hogares, aunque el trato padre-hijo no se asemeja al de hoy, ese respeto mutuo de antaño nos puede parecer casi aterrador.

Hoy, sin embargo, nos caracterizamos porque utilizamos una vestimenta diversa y creativa. En nuestros tiempos existen muchas fracciones juveniles, como lo son los pokemones, otakus, visual, emos, entre otros, y cada una de estas "tribus urbanas" contienen elementos propios. Sin embargo la mayoría nos vestimos con peinados llamativos por sus colores y diversos cortes, que por lo general son "macheteados", lo que significa que nosotros mismos lo cortamos. Las vestimentas salen de lo común, en el caso de las tribus urbanas, pero quienes no pertenecemos a estas, continuamos con una forma de vestir algo similar, últimamente los "pitillos" o pantalones entubados son la cara visible de toda la juventud, acompañados de zapatillas de skater, tanto en mujeres como en hombres, también es parte de la moda llevar poleras coloridas. La diversidad musical es amplia, pero el gusto por el reggeaton crece cada día mas, y la cumbia, popular por interpretes chilenos como Américo y La noche, comienzan a apoderarse de los rankings musicales. Estas características se ven influenciadas por la relación que existe entre padres e hijos, dado que la comunicación se ha perdido y cada día es mas difícil encontrar familias que se reúnan a conversar e incluso almorzar juntos, los padres trabajan cada día más y los chicos se encuentran cada vez más solos, es tal vez por esto que buscamos una forma de ser aceptados, reconocidos e importantes para la sociedad.

Si comenzamos un análisis e intentamos ver las diferencias entre estas dos juventudes, no resulta un trabajo extenuante pues se encuentran a la vista. La principal y más evidente resulta ser la moda, podríamos verlo como lo "superficial", la cara visible de la juventud, todo lo ochentero, referente a este ámbito, nos parece extraño pues no logramos hacerlo propio. La visión que tenemos de esa época es que Chile se encuentra sumido en un tiempo algo "oscuro", en donde las libertades claramente son limitadas, ésto influye plenamente en el desarrollo de las personalidades dentro del núcleo familiar y su expresión nos es ajena, como antes mencionábamos, la autoridad del padre respecto al resto de la familia es imponente, hoy en cambio podemos ver que, en la mayoría de las familias, el trato resulta más "amable" . La fragmentación de las identidades juveniles es un tema que se presenta hoy, pero no en los ochenta, si bien no podemos hablar de una completa diversidad, ya que siempre se imponen modas y estereotipos que la mayoría sigue, hoy es posible ver que ya no es una sola moda, sino que son diversas, y la manera en que se dan a conocer proyecta una juventud más modernista, el avance de la tecnología ha permitido la divulgación de las "tribus urbanas" y ha logrado la expansión de estas que en comparación con los ochenta habría resultado imposible, primero, lograr la divulgación de los grupos que surgían, y segundo, el acceso a los medios para saber que existen.

A pesar de parecer tan distintos a los jóvenes ochenteros existe algo que nos une fuertemente y es la esencia de ser joven, el espíritu que se gana al salir de la niñez y va desapareciendo a medida que aparecen las responsabilidades vitales. Se ha cuestionado desde la antigüedad a la juventud, y aunque no lo crean, incluso en Grecia los filósofos como Hipócrates y Sócrates ya expresaban lo que puedes escuchar tú hoy si te gana la "flojera", o si deseas salir a "carretear" con tus amigos, o si llegaste tarde porque realmente se te paso la hora o simplemente no deseabas llegar a tu casa y escuchar a tu viejo decir todos los días lo mismo... "Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros". Algo parecido tal vez es lo que te resuena en la cabeza pero estas palabras son de Sócrates hace siglos atrás. Este elemento no se pierde en el tiempo pues los jóvenes de hoy son los mismos a los de ayer si en cuanto a naturaleza hablamos, porque el ser joven implica un grado de irresponsabilidad, porque es la etapa en la que descubres un mundo impresionante, en que temes envejecer y decides disfrutar antes que sea tarde, en que comienzan a pololear, a besar, a "amar", pero de igual modo comienza el proceso de desear y creer, sentir que podemos cambiar el mundo y que debemos hacerlo, un llamado interno nos guia en busca de algo mejor, y esto nos pasa a nosotros, pero también a los jóvenes de los ochenta, ambos hemos coincidido en ideales y pretensiones, en verdaderas "revoluciones".

Einstein dijo una vez "juventud ¿sabes que la tuya no es la primera generación que anhela una vida plena de belleza y libertad?". La vigencia del elemento natural de los jóvenes no se puede perder, pues es algo propio de nosotros, y los adultos que fueron jóvenes tuvieron en su interior nuestra energía y vitalidad. De este modo afirmamos fervientemente, con nuestra convicción y pasión juvenil, que no somos tan diferentes a los jóvenes ochenteros y que ambas generaciones poseemos un elemento identitario común, y si nos equivocamos, el tiempo nos lo dirá, nuestra adultez, pues no tarda en llegar.

Javiera Morales Alarcón.

lunes, 7 de junio de 2010

Palomita Blanca


Enrique Lafourcade uno de los primeros novelistas chilenos de su generación, forma parte del grupo de grandes escritores de la nueva literatura hispanoamericana. Palomita Blanca que es su décima novela (publicada en 1971) a tenido gran éxito por el realismo, por los sentimientos que transmite, por la forma poco delicada de escribir, y por enfocar claramente los problemas que vivían los jóvenes de pocos recursos.
El libro, se sitúa en el contexto histórico de Chile, previo al triunfo electoral del presidente Salvador Allende (1970), y refleja las inquietudes, vivencias, ideales, necesidades y modas correspondientes a la juventud que pertenece a diferentes clases sociales

María es el personaje principal, una chica de 16 años que vive en un barrio pobre la cual sufre un amor separado por una barrera social muy amplia. Ella se enamora de Juan Carlos Eguirreizaga Montt, joven de familia acomodada quien demuestra no importarle la clase social media-baja a la que pertenece María. Tristezas y penuria recorren las páginas de esta novela, pero el triunfo amoroso es el fin primero de los personajes.

El libro refleja a una juventud que busca la libertad. Pero este valor es distinto para las clases sociales que en el se demuestran. De este modo, para los muchachos enriquecidos, la vía para alcanzarla es el de las drogas, el alcohol, las fiestas y la "rebelión" en contra de sus padres, y su contraste, la juventud empobrecida, consiste en salir de su miseria, el camino lo proporcionará el candidato a las elecciones que apoyan.

Chile se encuentra dividido tanto en el contexto del libro (los setenta) como en los ochenta. Esta fragmentación tiene dos vertientes principales la primera es lo político, en donde los personajes que poseemos como referentes son Salvador Allende y Augusto Pinochet, quienes representan conceptos diferentes, pero marcan a la juventud ochentera, pues Allende "sigue con la vida" durante este último período, debido a que se mantienen su ideales y se utiliza como referente de solidaridad y justicia. La segunda es lo social donde se encuentra el contraste entre la clase alta y la clase baja. Las diferencias entre ellas tienen como base los recursos económicos que poseían, lo que engloba un conjunto que es la música que escuchaban, la manera de vestir, la forma de hablar, los lugares que frecuentan, los colegios a los que asisten, etc. Pero tanto ricos como pobres buscan ser reconocidos, unos quieren que sus padres les tomen en cuenta, que trabajen menos y una mayor comunicación, otros quieren que sus voces sean escuchadas, que sus problemas terminen, desean ver a sus familias felices y una casa decente en donde vivir.

Con estos ideales se plasma el país con el triunfo de Salvador Allende, y con el golpe de estado de 1973, quedan suspendidos en el aire, como testigos de lo que fue la juventud predictadura. Estas convicciones son recogidas por la juventud ochentera, se vuelven ideales colectivos y rescatan el deseo de libertad enmarcando en el contexto ya no de necesidades materiales, sino que necesidades espirituales, la democracia: un país en donde se pueda vivir mejor.

Les recomendamos que realicen, así como nosotras, la lectura y el análisis de esta novela, aunque no pertenezca a la década de los ochenta, ya que nos aporta los elementos previos a la conformación de la identidad de los jóvenes pertenecientes a esta época. Esto nos ayuda a comprenderlos, de manera más eficaz, y a descubrir por qué los ochentas siguen vigentes hasta el día de hoy.

Javiera Morales Alarcón

La Bandera de Chile, la división perfecta.


"La bandera de Chile" es un libro- poema escrito por la chilena Elvira Hernández en 1981 durante su detención por las fuerzas militares en la dictadura de Augusto Pinochet. Las acopias que circularon clandestinamente durante la dictadura lograron salir a la luz en Buenos Aires, Argentina, el año 1991.

Elvira Hernández, pseudónimo de Maria Teresa Adriasola, nació en Lebu el año 1951, y desde temprana edad comenzó su incursión en la poesía. Logró transformarse en una de las voces chilenas más significativas de la poesía chilena y latino americana.

Luego del análisis del poema, nosotras detectamos que representa los sentimientos de amargura del hablante producto del uso y significado de La Bandera de Chile en dictadura. Se demuestra el conflicto que existe debido a que el emblema nacional no representa a la parte del país que está en contra del gobierno militar.

"levanta una cortina de humo la Bandera de Chile/asfixia y da aire a más no poder (...)". En primer lugar distinguimos la contradicción en La Bandera de Chile, pues quienes gobiernan utilizan este símbolo patrio para su beneficio, lo transforman en una barrera divisoria del país, la cual se encuentra orientada en dos direcciones, antes y después del Golpe de Estado. El "nuevo gobierno" oprime a quienes piensan diferente, de este modo La Bandera de Chile se toma una simple imagen y no una representación de la verdadera identidad, pues el gobierno es mayoría. Los ojos de los gobernantes no ven al pueblo, "En esos ojos que no ven a sus artistas de luz y sombra (...)", desechan a La Bandera pues a ellos no les importa, pero la utilizan como una fachada para alzarla al mástil del imperio chileno. Es así como esta contradicción genera que el significado de La Bandera de Chile varíe dependiendo del lado que se la mire.

"La Bandera de Chile no dice nada sobre si misma/ se lee en su espejo de bolsillo redondo (...)". En segundo lugar detectamos una crisis identitaria reflejada en la bandera ya que se encuentra "confundida", en busca de su identidad pues no sabe a quien representa realmente. Por otro lado los disidentes no reconocen la imagen que el gobierno militar refleja a través de la bandera, gracias a la dictadura ya no saben quien es La Bandera de Chile, se les ha muerto el perfil que antes encarnaba, agoniza como emblema para ellos, porque se esta convirtiendo en lema de la tiranía, sólo pasa a encontrarse en la "altura", sin base terrenal. "A veces se disforsa la Bandera de Chile/ un capuchón negro le enlutece el rostro/ parece un verdugo de sus propios colores (...)" La bandera de Chile es parte, es testigo, es ejecutor de su muerte, por lo tanto es testigo de la muerte de la nación, con esto se hace alusión a las matanzas en dictadura.

"De arriba abajo mirando el filo de los cambios/ teme le cambien el nombre La Bandera de Chile (...)" Finalmente se encuentra el temor, la bandera de Chile se encuentra "en el cielo" viendo como los militares arrasan con el pueblo, pero no puede hacer nada, porque pueden eliminarla, esto demuestra la postura de la nación ante los crímenes, pues ningún miembro puede ir en contra del gobierno militar, porque todos temen ser aniquilados. La bandera de Chile ya es pasado, no vale nada, perdió su valor inicial, la nación se rinde, ya nadie puede luchar en contra de la dictadura, la misma nación se acalla, todos tienen miedo de reclamar su dignidad.

La autora en el poema demuestra su visión frente a la dictadura, y esta manera de expresar su interioridad refleja la tensión en los años ochenta. Te recomendamos leerlo detalladamente pues resulta ser un poema muy completo debido a que expresa el período con una serie de metáforas donde se demuestra una fuerte carga emocional que hace referencia a un quiebre identitario propio de aquella época. Esto te puede ayudar bastante en el análisis y comprensión de la juventud de ese tiempo.

Javiera Morales Alarcón